martes, 5 de octubre de 2010

Día 0

Estoy destrozado. Desde las 4 de la mañana en planta. Pero ya estoy aquí. Cúpulas doradas en las iglesias. Frío como un 30 de noviembre en Salamanca. Y mucha gente con cara de ruso.
Mi residencia también es rusa. Más bien soviética. Si puedo vivir aquí podría haber vivido en la Rusia de Stalin. Me lo tomaré como una especie de parque temático soviético.
Comparto habitación, algo inesperado y algo incómodo. También he conocido a españoles, algo muy de esperar, y ciertamente cómodo, para que nos vamos a engañar.
Mañana me despierto aquí en Moscú. Pero ahora me voy a dormir en mi cama soviética. Estoy destrozado.

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